Este viaje no sabía si incluirlo acá o no, porque fue más turismo que pesca. Pero, después de pensarlo bastante, decidí darle un lugar, ya que constituye un recuerdo muy lindo.
Llegamos a La Paz en omnibus tipo 5 de la mañana de un sábado. Recuerdo que en la terminal nos tomamos un remis hasta la casa de Guillermo, dueño de la Estancia El Desafío, nuestro destino final. Cargamos las cosas en su hermosa 4x4, nos subimos y, luego de atravesar un basto monte, llegamos al casco de la estancia.
¡Un lugar increíble!


¿Qué se podía capturar allí? Algún doradillo, como el que nos muestra Flavia.
Sacamos unos tres o cuatro la primer jornada, con devolución por supuesto. Tomamos unos mates, un poco de sol y seguimos paseando por la Estancia con mi mamá.


El segundo día hicimos algo similar y volvimos por los doradillos. Sacamos otros tres o cuatro más, esta vez un poquito más grandecitos que los del día anterior, como se puede apreciar en las fotos de abajo.



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