Los mejores portes esta vez le tocaron al negro Adrián, a quien se le escapó un doradazo de cerca de 10 kilos, que dio un salto tan bello que habría que pintar un cuadro con esa imagen grabada en nuestras retinas. El mejor salto de dorado que vi en mi vida.
Acá mi viejo, con un poco menos de suerte, pero con otro lindo ejemplar:
Y yo con otro medianito, con señuelo Alfer Banana de media agua:
Y la mejor pieza de dorado, para Adrián con señuelo NG violeta:
Con carnada, increíblemente, no salía nada.
Sólamente y, gracias a Dios, tuve un pique que pude concretar con este hermoso atigrado, que terminó en una gratificante fritanga en la isla al mediodía.
En suma, dos días increíbles, que dieron por resultado 7 dorados y 1 surubí.
Muy lindo "El Montecito", lugar donde paramos, excelente la atención de Fabián y de su mujer.
Volveremos algún día, Dios mediante, sin dudas.
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