jueves, 10 de junio de 2010

LA PAZ - DICIEMBRE 2007 (ENTRE RIOS)

Este fue un gusto que me quise dar. Ir dos días a pescar a Posta Surubí en La Paz Entre Ríos, con Flavia, Melina y mi mamá. Llegamos tempranito a la hermosa hostería a orillas del Paraná y al lado del puerto paceño.
Dejamos las cosas en la habitación y nos esperó un potente desayuno de calidad, que las chicas disfrutaron con todo.
Dejamos a mi mamá en tierra, por no estar ya en condiciones de pasar un día embarcada. La navegación hasta la zona de pesca fue muy placentera. Meli y Flavia disfrutaban del paisaje mientras yo armaba los tres equipos de pesca.
Con esta pescadora "fashion" no pudíamos "fallar".
Y así fue: acá Flavia muestra la primer captura de surubí de su vida, un cachorrito que le ofreció dura pelea.
Pero ese fue recién el comienzo. En seguida se sucedieron variadas capturas, todas de interesantes portes: dorados, surubíes, patíes y armados, siempre con morena de carnada.



Así fue terminando el primer día de pesca, con buena variada como resultado y muy buena onda de nuestra parte.


Al día siguiente sonamos: caía agua. Pero no arrugamos, nos pusimos trajes de lluvia y al río.

¿Qué nos esperaba bajo el agua? Surubíes varios. Sacamos seis, si mal no recuerdo, todos parejos:


Pasado ya el mediodía, paramos en un rinconcito del corazón de la isla Curuzú Chalí a descansar y esperar la fritanga de surubí que nos estaba preparando nuestro guía Orlando.

Después de chuparnos los dedos ante semejante manjar, acompañado de ensaladas, pan y gaseosas bien frías, encaramos las últimas horas de pesca.

Siguió dándose algo de variada, hasta que un suceso inesperado me ocurrió. Pensé que mi línea se había enganchado en un palo o en una piedra. Pero no, era un pique.
¡Y qué pique!
El monstruo de las profundidades emergió al lado de la lancha.
Con mucho esfuerzo pudimos subirlo a la lancha.
Era enorme: ¡una raya de alrededor de 40 kilos!
No lo podía creer, ¡espectacular!

Este viaje fue un verdadero lujo, no creo que lo pueda repetir así nomás. Lo disfrutamos muchísimo y Flavia quedó enamorada del lugar. Dios quiera que podamos volver algún día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario