domingo, 22 de abril de 2012

GUALEGUAY - ABRIL 2012 (ENTRE RIOS)


Teníamos reservado el sábado 21 de abril para hacer una salida a Gualeguay junto con Juan (Juan Abu), Mauro (Mauro SB) y Kai (Chini 78), para ver si podíamos despedir con honores a las tarariras hasta la próxima temporada. El pronóstico y las condiciones del río no eran de lo más alentadoras, ya que se esperaban fuertes vientos del sudeste, descenso abrupto de la temperatura y río creciendo y metiendo agua a un ritmo acelerado… ¿Y si suspendemos? ¡Ni que pensarlo!

Llegamos a Puerto Ruiz a las ocho, después de un ameno viaje en el que fuimos tomando mate con bizcochos, charlando de pescas pretéritas, cagándonos de risa y alimentando una incipiente amistad . Allí, Jorge y Pato nos recibieron con la calidez acostumbrada y, mientras acomodábamos las cosas para embarcar, apareció Telmo Abadía, quien muy gentilmente se acercó hasta nosotros para saludarnos y así por fin conocernos personalmente. 

Telmo y su gente subieron a la lancha de Jorge y nosotros abordamos la del Pato. El frío te pegaba en la cara con intensidad y el viaje fue bastante sufrido, porque el viento crispaba de olas los ríos que fuimos atravesando hasta llegar a la anhelada cueva. Ya allí nos calzamos los waders, caminamos bastante  y… ¡a pescar contra viento y marea! 

En lo personal, tuve la suerte de contar con lo que sería un “arma de destrucción masiva”: el Spin Fish de Alfer’s. Este muñequito, además de ser objeto de los insultos de mis compañeros, fue el ejecutor de 48 de las 56 capturas que yo sólo contabilicé en esta fresca jornada otoñal. Otros muñecos que anduvieron bien fueron el Rapala Clackin Rap, el Inna Pro Tuned 90, el Highlander, el Flap Jack, la Moss Boss  y seguramente los chicos agreguen los que me estoy olvidando. Si bien las taruchas abundaban, estaban “muy” selectivas: al afamado Subwart de Storm, por ejemplo, no lo tocaron, como así tampoco al Slim Stick de Sebile y otros paseantes que otras veces la descocieron.

En fin, para no aburrir: fue una jornada devastadora, hubo que pescar con el agua hasta la cintura la mayor parte del tiempo, pero de muchísima acción. Entre los cuatro superamos holgadamente las 150 capturas, muchas de ellas rondaron los dos kilitos y medio. Visitamos tres cuevitas y el pique solamente se cortó un rato en la segunda de ellas, ante lo cual Pato reaccionó como uno espera que reaccione un guía fenomenal. Nos dejó pescando en ese lugar unos minutos, salió corriendo con la lancha, probó unos tiros en una lagunita cercana y tuvo tres piques. Inmediatamente nos vino a buscar y terminamos la jornada allí, a puro cañazo con antienganches exclusivamente, siendo el broche de oro de una jornada para el recuerdo.

Gracias Jorge y Pato por hacernos pescar en un día que se avecinaba como un sapo redondo!  Gracias Juan, Mauro y Kai por la buena onda y la calidad de personas que encontré en ustedes!













































martes, 3 de abril de 2012

SAN NICOLAS - MARZO 2012 (BS AS)

Rechazando al intruso en San Nicolás

Este sábado 31 de marzo fuimos con Maxi y Adrián a conocer San Nicolás y a intentar pescar algún dorado o tararira que anduviera por ahí. Sabido es que debido al color del agua, el dorado está esquivo en toda la cuenca del Paraná y del Río de la Plata, pero así y todo el guía Gustavo Aliani quería probarlos con morenas sobre el Paraná. Fueron intentos casi nulos, sólo yo logré clavar dos doradillos muy pequeños que se desprendieron en pleno salto cerca de la lancha.

A media mañana decidimos ir a probar suerte con las taruchas, a un hermoso arroyo ubicado en una zona denominada El Tonelero. Allí, estando muy bajo el nivel del agua y habiendo mucha vegetación, se hizo necesario el uso de señuelos de goma con antienganche, lo cual sabemos que es más difícil que pescar con señuelos duros con anzuelos triples. Pero el desafío estaba planteado y era una buena ocasión para pulir esa modalidad, muy común por cierto en este tipo de pesca.

Con ranas marca Marine Sports y Scum Frog, empezó a explotar el agua en superficie en ataques cortos y esporádicos, pero muy violentos. Qué difícil es clavarlas justo en ese instante! Afilando el pulso, se empezaron a lograr capturas de variados portes. Según mi amigo Maxi, que fue quien más renegó con esta modalidad de pesca, las taruchas no atacaban a la rana como para comer, sino sólo "para rechazar al intruso". La frase me pareció tan buena y me hizo reir tanto en el tono y en el contexto que la profirió mi gran amigo, que la puse como título del informe. Buscando alternativas, Maxi puso un par de señuelitos Strike Pro de media agua y, probando en zonas más hondas del arroyo, sacó dos lindos doraditos cercanos a los 3 kilos de peso y unas cuantas palometas que lo hicieron divertir y olvidar el mal día taruchero que le tocó vivir.

Al mediodía paramos en la sombra a comer unos sandwiches de miga de otro planeta y a descansar un poco. Terminado el convite, por iniciativa del guía fuimos caminando hasta una especie de lagunita situada paralela al arroyo pero escondida detrás de un terraplén. Allí sacamos un montón de tarariras chicas con ranas y con algún que otro paseante medianito. Fue muy divertido pescar con el agua hasta la cintura en medio de los repollitos. Uno podía "armar su escritorio", como bien dijo Maxi, poniendo sobre la vegetación las cajas con los señuelos y demás pertrechos. De entrada fue un tiro un pique, pero con el correr de las capturas el pique fue mermando hasta cortarse por completo, supongo porque las habíamos pinchado a todas. Así que remontamos el arroyito y buscamos otro tapón para hacer los últimos lances de la jornada, metiendo algunos ejemplares más.

En fin, contabilizamos más de 50 capturas de tarariras, casi todas entre Adrián y yo, ya que Maxi sólo metió una! (cosas increíbles de la pesca, ya que casi siempre es él quien nos pinta la cara). A esto hay que sumarle los 2 dorados de Maxi y un chiquilín que saqué yo, además de innumerables palometas. Fue un día espectacular, superdivertido y regado de cerveza, en un lugar nuevo para nosotros, con un guía macanudísimo, superservicial y muy recomendable. Si Dios quiere y las aguas se aclaran, en dos meses volvemos en busca de los dorados.