lunes, 21 de mayo de 2012

GUALEGUAY - MAYO 2012 (ENTRE RIOS)


Este sábado 19 de mayo volvimos a Gualeguay con mi amigo Adrián, siendo que el otro integrante del team Maxi, no pudo ser de la partida por compromisos familiares. Tras la amable recepción de nuestro gurú de la zona, subimos a la lancha, navegamos hora y media, tomando mates y hablando de pescas pasadas y otras por venir. Anclamos sobre el Tala y caminamos más o menos un kilómetro hasta la cuevita.

De entrada se nos aclaró que habría que trabajar, sobre todo por tres factores. En primer lugar, la tormenta del viernes había enfriado el ambiente y el agua del charco andaba en los 13 grados, demasiado fría para las taruchas. En segundo lugar, mucha vegetación suspendida: o se probaba con antienganches o había que poner muñecos que bajen no más de 20 centímetros y trabajarlos bien con la caña para evitar que los triples se tapen enseguida. Y en tercer lugar, las taruchas estaban muy selectivas, no iban a tomar cualquier muñeco.

Sabiendo esto, a la mañana arrancamos pescando en uno de los extremos de la cueva. En mi caso, no dudé de arrancar con el Spinfish de Alfer’s, con el cual fui obteniendo una captura cada cinco o seis casteos de mediano porte. Adrián con Subwart 05 y 07 de Storm fue sacando algunas más. Y Jorge hacía lo mismo con un Culú-Culú. Llegando al mediodía, fuimos al extremo opuesto al que estábamos y allí la acción aumentó, Adrián empezó a hacer diferencia con un Mirrolure Top Dog en tonalidad violeta, yo lo imité con un Heddon por el estilo color cardenal y Jorge hizo lo mismo con un Rapala naranja también parecido. Fueron muchas  emociones y capturas hasta que picó el bagre.

Después de comer unas tartas de otro planeta y descansar un poco, terminamos lo que quedaba de la jornada en la parte media de la cueva. Allí fue un festival, para mí sobretodo, que probé el Jitterbug de Arbogast grande articulado, panza blanca lomo verde con pintas negras. Eran impresionantes los ataques a este muñeco de superficie que tiene esa natación tan increíble, me regaló muchísimas capturas de ejemplares de dos kilos y más. Adrián y Jorge se movieron para otro lado, ya que yo los tenía mal con el Jitter y allí hicieron una seguidilla de capturas una atrás de la otra, pero de menor tamaño.

Dado que era complicado moverse con los waders por la vegetación y que pescábamos con bastante distancia entre nosotros, se complicaba sacar fotos, para colmo porque Adrián no le da ni cinco de bola a las fotos. Algunas hicimos igual que sirven como para ilustrar el informe. En suma, fueron más de 150 capturas entre los tres y, si bien no salió ningún monstruo, fue muy bueno el porte promedio de los ejemplares. Creo que para ser una pesca de fines de mayo, no está mal, no?